|
Las estrellas se forman en nubes densas
y frías donde la densidad de moléculas y de polvo es alta
(ver Fig. 22). Estas nubes contienen inmensas cantidades de monóxido
de carbono (CO), amoniaco (NH3), metanol y moléculas
mucho más complejas como los ciclos aromáticos del carbono.
De hecho, se ha especulado sobre la posible existencia de cadenas de
aminoácidos que son la base de la codificación genética
de los organismos vivos y la presencia de hidrocarburos poliaromáticos
ha sido confirmada recientemente a partir de observaciones infrarrojas
y ultravioletas. La masa de gas en estas nubes son del orden de 10.000
a 100.000 veces la masa del Sol; por ejemplo con la cantidad de etanol
(el alcohol del vino) que existe en la nebulosa de Orión se podrían
inundar todos los océanos terrestres.
Existen numerosas regiones de formación estelar en un
radio de unos 1.600 años-luz alrededor del Sol, y en ellas
se pueden observar hermosas nebulosas como la de Orión o la
del Aguila producidas por la reflexión de la radiación
de las estrellas jóvenes en el polvo circundante (ver Fig.
23). El polvo de estas nubes tiene un núcleo de carbono o de
silicatos pero está rodeado de una envoltura de hielo que le
proporciona una gran reflectividad. Sin embargo la mayor parte de
las estrellas en formación permanecen ocultas a nuestra visión
porque están profundamente sumergidas en las nubes bajo espesas
capas de polvo. Estas estrellas sólo pueden ser detectadas
en el infrarrojo donde la opacidad del polvo disminuye drásticamente
(ver Fig. 24). La asociación más cercana y estudiada
de estrellas en formación está en la constelación
del Toro, en la que se están formando en la actualidad unas
150 estrellas con masas similares a la del Sol (en 2 y 0.5 veces las
masa del Sol). El prototipo de estas estrellas es la denominada T
Tauri, y por eso a estos protosoles (y proto sistemas solares) se
les denomina: estrellas T Tauri.
|
Figura 23: En el panel
superior se muestra la gran nebulosa de Orión, en el
inferior un detalle de la nebulosa del Aguila. En esta última
imagen se observan columnas de gas denso y polvo de longitud
varios años-luz en cuyo interior se estan formando estrellas
|
|
Figura 24: En el panel superior se muestra
una imagen en el de la nebulosa Trífida tal y como la ve el
ojo humano; en el centro de la nebulosa hay varios filamentos oscuros
producidos por la concentracion de gas y polvo. En el panel inferior
se muestra el centro de la Trífida, pero esta vez a traves
de la radiacion infrarroja emitida por el polvo caliente. Los filamentos
oscuros se perciben ahora como filamentos rojos muy brillantes y se
puede distinguir en su interior nuevas estructuras y estrellas jovenes.
|