De los tres grandes matemáticos
del helenismo, Euclides, Arquímedes y Apolonio, este último
ha sido el menos conocido a lo largo de los siglos. Aunque del personaje
Euclides no sabemos casi nada, su obra fue pronto el paradigma de la sistematización
del saber matemático, la obra de los fundamentos, y conservó
este halo por siempre. Arquímedes, por su genio polifacético
y por las leyendas creadas alrededor de su persona, coronadas con la historia
de su muerte, es sin duda, de entre los tres, la figura más conocida
universalmente. Apolonio representa la grandeza técnica especializada,
el virtuosismo geométrico por excelencia. Es verdad que su obra
hizo olvidar lo que antes de él se había escrito en el campo
de su mayor brillantez, las cónicas, pero por su carácter
tan especializado y tan difícil, ni siquiera esta obra maestra,
las Cónicas, se conoce hoy en su integridad y más de la mitad
de ella permaneció oculta para el mundo occidental hasta que fue
publicada por Edmond Halley en 1710.
Los tres genios griegos de la matemática
representan una nueva era y son verdaderos hijos de su época histórica.
El helenismo significa, tanto en política como en filosofía,
una auténtica fragmentación. En política, el imperio
de Alejandro se fragmenta en reinos más o menos pequeños
que compiten en ser dignos herederos de la tradición del siglo de
oro helénico. En filosofía se produce también una
fragmentación del saber unificado al que Platón y Aristóteles,
siguiendo el trazo de la corriente pitagórica, aspiraron. El saber
orientado hacia el hombre, con sus hondas conexiones con la estética,
ética, religión, política,... cede el paso al saber
especializado que en matemáticas viene a ser representado por Euclides,
Arquímedes y Apolonio, y muy particularmente por este último.
En el helenismo se viene a producir un cierto triunfo del especialismo
sobre el generalismo y uno puede preguntarse si no fue ésta una
de las causas de la decadencia del saber matemático, entre otros
saberes, que se produce a partir del siglo II en el mundo occidental.