La enseñanza consiste básicamente en educar la atención
produciendo cambios en su locus, foco y estructura. Estos cambios
se pueden acentuar a través de la interacción con
otros, trabajando en la propia consciencia. Tradicionalmente se
ha distinguido entre saber-qué, saber-cómo
y saber-sobre. Algunos autores (Skemp
1979) indicaban que también había que considerar
el saber-actuar. Un individuo puede tener amplios conocimientos
sobre un tema pero puede que no sea capaz de recordarlos cuando
realmente los necesita. Whitehead
1932 calificaba este tipo de conocimiento como inerte, y
sugería que ese estado del saber era el problema principal
de la educación, problema que nosotros consideramos en la
actualidad muy presente en los futuros profesores de Secundaria.
Nuestra experiencia nos sugiere que hay varios niveles de conocimiento
inerte dependiendo de diferentes factores de los que destacamos
el contexto, la compartamentalización de los conocimientos
o la frecuencia con la que usamos ese conocimiento.
Saber- actuar no es sólo saber-qué
o saber-cómo, implica tener además de un conocimento
académico, el conocimiento práctico en el momento
concreto. Saber-actuar es el tipo de saber que permite
la aparición de la creatividad.
Los profesores novatos (en nuestro caso los estudiantes para profesores)
se preocupan mucho más en cómo enfrentarse a un grupo
de gente que no conocen que sobre los aspectos filosóficos
de la enseñanza y el aprendizaje de la Matemática.
Se quedan atrapados con el problema de controlarse y de controlar
a otros. Los formadores de profesores que somos conscientes
de esto, sabemos que no se puede abordar el problema explícitamente,
sino que lo más recomendable es que el estudiante para profesor
recobre poco a poco su confianza personal. Por tanto, para
saber-actuar es importante redirigir la atención
de los estudiantes para profesor tanto al campo específico
de la Educación Matemática, como al de las relaciones
humanas en el contexto educativo.
Para poder dar respuesta a esta necesidad en la formación
del estudiante para profesor se necesita:
- Identificar con claridad los paradigmas, los esquemas operativos
modelos de procedimiento en el campo en cuestión (Matemáticas,
o psicología del aprendizaje, etc.).
- Presentar estos paradigmas en acción, mostrando su eficacia
en diversas circunstancias interesantes.
- Propiciar la implantación natural de dichos paradigmas
en el dinamismo mental del sujeto mediante la oportunidad de practicar
su manejo autónomo por él mismo.
Para lograr lo anterior, en los Escenarios se focaliza en el “saber
actuar” y en los procesos de modelización didáctica
e informática (transición del conocimiento matemático
recibido a nivel universitario al conocimiento escolar). En los
casos estudiados, estos procesos reflejan algunas limitaciones en
la organización del conocimiento del estudiante. Consideramos
que para caracterizar estas limitaciones una perspectiva clave es
prestar atención al conocimiento inerte. Algunas
veces los estudiantes poseen conocimientos del contenido matemático
y estrategias pero no muestran las competencias aplicables a la
redefinición de la tarea para la situación escolar,
son conocimientos “inertes” los que poseen,
es decir, los conocimientos que los alumnos reciben pasivamente
y que posteriormente no son capaces de utilizar con otros conocimientos
para formar constelaciones dinámicas, para adquirir nuevos
conocimientos capaces de abordar los problemas del presente.
Podríamos considerar tres tipos de explicación a este
fenómeno del conocimiento inerte (Mason
y Spence 1999):
- Metaprocesos: los conocimientos están
disponibles pero hay dificultades por interrupción de procesos
de acceso (falta de control metacognitivo). Influencia de
los factores no cognitivos:
Explicaciones metacognitivas
Explicaciones motivacionales (necesidad de motivación intrínseca)
Explicaciones volitivas
Creencias epistemológicas
- Déficit en las estructuras. En las raíces
de la estructura de conocimiento (el conocimiento está
de tal forma que no está disponible para que permita su
aplicación). Causas:
- Falta de conocimiento conceptual (es decir
de comprensión profunda)
- Falta de conocimiento declarativo en conocimiento
procedimental (falta de generar conocimiento)
- La existencia de un conocimiento separado entre
el sistema de verbalización y las acciones demandadas.
- Conocimiento compartamentalizado (la información
adquirida están en distintos bancos de memoria que
no se relacionan.
- Explicaciones situadas, los conceptos de conocimiento
y transferencia son cuestionados (las fronteras de los contextos).
El conocimiento está en la mente de la persona, pero emerge
in situ, como relación entre la persona y la situación.
Vías de solución
- El conocimiento tiene que ser contextualizado,
no estudiado en abstracto.
- El estudiar el interés y la motivación
de un tema.
Ahora bien, abordar los conocimientos inertes no se pude hacer
de forma aislada sino que requiere diferentes clases de conocimientos
(es decir, dominio específico de la materia, conocimiento
metacognitivo, conocimiento metaafectivo, conocimiento metavolitivo),
habilidades, y creencias de una forma integrada.
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